La Casa de Asesores nace de mi experiencia personal como inmigrante en los Estados Unidos. Llegué a este país a los 15 años, procedente de El Salvador. Nací en 1984 en medio de una guerra civil que dejó a nuestro país en una pobreza que inició un problema social con pandillas y crimen organizado. Llegué a los Estados Unidos buscando un futuro mejor. Al llegar, me enfrenté a la realidad que todo inmigrante tiene que enfrentar: limitaciones con el idioma y falta de información y recursos. Con determinación, decidí alejarme de las dificultades preexistentes y emprender mi propio camino. Opté por el emprendimiento en lugar de conformarme con un trabajo convencional.

En 2005, incursioné en el negocio de las hipotecas y, a pesar de la recesión económica de 2008, logré sobrevivir y ayudar a muchos a salvar sus hogares. Posteriormente, en 2011, comencé a invertir en propiedades y me convertí en inversionista inmobiliario. También soy propietario de una empresa de bienes raíces en Nueva York, donde empleo y entreno a agentes de bienes raíces, asesoro a inversores y ayudo a personas a tomar decisiones financieras más acertadas.

Mi motivación para fundar La Casa de Asesores surge de la necesidad que experimenté al llegar a los Estados Unidos, donde no encontré la orientación ni los recursos necesarios para alcanzar mis metas. Deseo ofrecer a otros inmigrantes la ayuda y el apoyo que yo anhelaba en el pasado, para que puedan cumplir sus sueños en menos tiempo y con menos dificultades.

En La Casa de Asesores, queremos inspirar a todos aquellos que buscan una vida mejor en los Estados Unidos. Nuestra historia demuestra que, con determinación y las herramientas adecuadas, es posible superar cualquier obstáculo y alcanzar el éxito. Queremos ser el puente que ayude a cada persona a construir un futuro próspero y lleno de oportunidades.